martes, 26 de noviembre de 2019

Una estrella ¿fugaz?

Hace trece años pude ver una estrella ¿fugaz? Quizás. En ese momento no era consciente de lo que supondría en un futuro esa hazaña, aunque lo cierto es que, ya entonces, quedaría grabada en mi interior.
Hoy, esa estrella ha vuelto a ponerse delante de mí y se ha propuesto darle un vuelco a mi corazón.
Me resisto a ella al principio...no quiero volver a echarla de menos otra vez. Sufrí mucho esta temporada y no quiero sufrir más. Pero...¿y si esta vez no se fuga? ¿ y si quiere quedarse quieta a mi lado? ¿ Y si es ahí donde reside mi felicidad?

Nunca podré saberlo si no me arriesgo. Decido hacerlo, arriesgarme. Siempre he sido una persona prudente, racional, una persona que piensa las cosas mucho antes de dar ningún paso. Esta vez la carretera de mi vida me pide que pise el acelerador. ¿Voy a quedarme atrás y permitir que se me escape la oportunidad de ser feliz?

Entonces ocurre algo.

Me besas y todo cambia. El tiempo se congela y yo quedo completamente paralizada. Agarras mi mano con fuerza y me prometes no soltarte de ella nunca más. Desconfío pero quiero creerte. Esta vez no tiene que ser igual que la anterior. Por eso, empiezo a creer que nuestro amor no había muerto del todo, que había estado dormido en esa cajita que construí para ti hace trece años para que no me doliese tanto tu partida. Empiezas a crecer dentro de mí, poco a poco. Rompes tu cajita día a día, estando ahí, curando mis heridas, secando mis lágrimas, haciéndome reír y haciéndome ver lo bonita que puede ser la vida a tu lado. Me conquistas el corazón. 


Ahora sé lo que quiero. Quiero estar contigo. Quiero hacerte feliz. Quiero compartir cada segundo de mi vida contigo. Quiero que formes parte de todo, de las cosas importantes y de las que no lo son. Quiero contar contigo y que cuentes conmigo por y para todo. Quiero quererte cada día. Quiero besarte cada rincón del alma y acariciar tus orejas con ternura cuando despiertes por la mañana. Quiero perder las fuerzas al abrazarte de tanto quererte. Quiero descubrir el mundo agarrada de tu mano. Quiero ver el universo en tus ojos, esa estrella que quedó grabada en mí hace trece años. Quiero verla siempre, todos los días. Eso es lo que quiero.

martes, 27 de agosto de 2019

¿En qué te has convertido?

He pasado una mala racha. Dejar atrás nueve años de mi vida no es fácil. Reconozco que a veces me superó la situación: dejé de comer, tuve dificultades a la hora de concentrarme y a la hora de dormir y, créeme, eso no es normal en mí. Adelgacé mucho y todo el mundo me ve preciosa. Pero tú no me ves así. Últimamente me hablas de ella y solo de ella. No la conozco en absoluto, pero me la imagino digna de ti, una chica guapa.

En cierto modo estoy decepcionada. Me parece mentira en ti, un chico tan listo, que no caigas en que ese cuerpo bonito no dura por siempre, que no pienses en el deterioro que sufre, al igual que el tuyo, con el paso de los años. El alma, en cambio, no se deteriora. El amor, la lealtad, la comprensión y la empatía tampoco lo hacen. 

A los que no somos tan guapos nos venden eso de que "la belleza está en el interior", que es la que importa; pero, lamentablemente, no es así. La belleza exterior, los cuerpos bonitos, pesan más que nada. Te entra por los ojos, se te clava en la retina y ¡pum!.Ya está todo hecho. De nada sirve todo lo que haga o diga después.

Me duele ver cómo sufres porque no la entiendes y ver cómo te trata. No mereces que te hable así y te ponga esas etiquetas que no te gustan, que te exija cosas que tu no quieres hacer. Aguantas porque es guapa y crees que aún es pronto para rendirse y que, todavía, merece la pena seguir tratando de conocerla. A mí, en cambio, ni me miras. No me das la opción de demostrarte lo que valgo, y yo sé que valgo mucho. Sé que mi cuerpo no es idílico, pero tengo mucho dentro de mí, muchas cosas buenas. Soy leal a los míos, a mis amigos, a mi pareja, siempre. A veces necesito mi espacio y respeto el de los demás, a muchos se les olvida y, para mí, es importante. No me gusta que estén encima de mí continuamente, pero cuando demuestro mi cariño lo hago de verdad. Puedo ser dulce y alocada a la vez pero mantengo los pies en la tierra. Soy sensata y sincera. Digo la verdad, aunque sea difícil o pueda doler. Trato de ayudar en todo lo que puedo y si digo que voy a estar ahí, estaré, para lo bueno y para lo malo.

Sin embargo, ya ves. Puedo ser la persona más buena del mundo, la que más te quiera, la que más te cuide. Puedo ser la que más se preocupe cuando tienes un día triste o una rojez de rascarte en el cuello, la que más te respete, te escuche o te haga reír, la que mejor te comprenda y te haga sentir cómodo siendo tú mismo. Puedo ser la que pelee día sí y día también por darte una vida plena, llena de cariño, feliz y, también, la que te recuerde cuánto vales en cada momento y en todos los sentidos. Nada de eso va a importar. Se dice que es lo que se busca, pero me cuesta creerlo cuando los hechos, una y otra vez, hablan por sí solos.

Últimamente me dueles. No puedo entenderlo. Siento que tengo el papel de tu libre pensamiento y está bien; pero quiero más. Quiero más de ti para mí. No eres consciente de lo mucho que me importas, de cuánto te echo de menos y me gustaría tenerte aquí, conmigo. Desde ese comentario de ese niño travieso, esas hipótesis y detalles de nuestras amigas, algo ha cambiado en mí.  Hoy siento que llevo toda mi vida esperándote, desde la primera noche que abracé las sábanas en mi cuna, hasta hoy. He tratado de verte con otros ojos, creí haberlo conseguido... pero no lo logré. Si tú quisieras, cruzaría contigo la línea de la amistad y caminaría agarrada de tu mano hacia el amor, con todas mis ganas e ilusiones puestas en el infinito. ¿En qué te has convertido?

sábado, 2 de enero de 2016

Un amigo especial

Un domingo cualquiera te cruzaste de nuevo en mi camino...
Habían pasado 15 años desde la última vez que te había visto y, al igual que el turrón, volviste a "casa" por Navidad.
Me parece increíble que pasásemos tantas horas hablando por Whatsapp estos últimos días y que hayas preferido quedarte conmigo a disfrutar de la despedida de soltero de tu amigo. No es por ser egoísta... pero me alegro de ello :-)
Me alegro de haber recuperado tu amistad, aunque en algún momento hayas removido en mi interior sentimientos olvidados y desajustado mi estabilidad emocional haciéndome recordar cosas que pasaron e imaginándome aquellas que quedaron por pasar...Siento curiosidad, lo admito...pero una vez más la razón mandará, y no va a permitir hacer posible ese "momento" que ha quedado perdido en el tiempo.
Nuestros corazones ya tienen dueño y por muy grande que sea el cariño que nos tenemos y nos invadan momentaneamente esos recuerdos y esa curiosidad...esa es la realidad.
Seremos grandes amigos, no me cabe la menor duda. En su día me había fijado en ti y en tu forma de ser...y me encantabas. Hoy me vuelvo a fijar en ti, y me vuelves a encantar.
Han pasado solo un par de semanas y ya me atrevo a decir que confío en ti y que eres mi amigo, mi amigo especial.
No todo el mundo recupera una amistad perdida durante 15 año y eso, querido, eso te hace especial...

lunes, 14 de septiembre de 2015

A new star is shining in the sky...

Eres lo más parecido a un abuelo que logré tener. Por eso me encariñé contigo desde el primer día que te conocí y disfrutaba estando contigo y Segunda en la mesa aún cuando César se quedaba en la salita viendo la TV. Me gusta que me hablen de ti, del Pascual que todo el mundo conoció, alegre, risueño y con tan buen corazón...Por eso tu partida deja un sabor agridulce. Por un lado es agrio porque no queríamos despedirnos tan pronto de ti y añoraremos de ahora en adelante tu presencia. Por otro lado, nos dejas un saber dulce, muy dulce, porque nos dejaste momentos inolvidables, bailes de risas que perdurarán por siempre en nuestro corazones "cartarrutas". Siempre te recordaremos, Pascual.

domingo, 4 de agosto de 2013

Mi nueva vida

Todo cambió para la reina de las hadas. Durante ese tiempo fue capaz de crecer, de llevar a sus espaldas una licenciatura, un máster y completar sus estudios en un campo totalmente diferente al que estaba acostumbrada, las finanzas. Ahora solamente le falta lo más difícil, encontrar trabajo.

Toda la vida se nos dice que hay que prepararse, estudiar lo que nos gusta, etc... para poder optar a un buen trabajo que te garantice una vida medianamente buena. Y eso es lo que he hecho. Me dejé aconsejar y tomé al pie de la letra esos consejos con el más ansiado deseo de que todo ese esfuerzo y años de estudio diesen su fruto, pegando e impregnándome en la lengua inglesa. Sin embargo, nadie te dice que a veces puede ser que, aún haciendo eso, te vayas a encontrar en el sofá de la casa de tus padres sin poder hacer nada más que mirar las ofertas diarias de Infojobs, perdiendo día tras día las esperanzas y las ilusiones de demostrar cuánto vales ahí fuera. Nadie te dice que vas a encontrarte a los 25 años todavía estudiando completamente asqueada con el mundo, sintiéndote una persona desaprovechada e infravalorada, porque nadie te da la oportunidad de demostrar todo lo que sabes y cuánto puedes aportar ahí fuera, en el mercado laboral. Envías centenares de curriculums, depositando en ellos un poquito de esperanza e ilusión; pero como ya se mencionó anteriormente, dichas esperanzas e ilusiones van a menos y a menos.

Nuestros padres y nuestros profesores nos hacían ver el sacrificio que nuestros antepasados hicieron para ganarse el pan y buscando nuevas oportunidades que solo un hecho les podría acercar a ello: emigrar. Ahora me apenan mis compañeros de andanzas y yo misma, porque dejamos nuestra preparación  y reconocimientos estancados en las universidades e institutos para emigrar junto con nuestras titulaciones a otros países que sí quieran valerse de nuestros conocimientos. No dejo de preguntarme ¿de qué sirve tanto esfuerzo? ¿cuándo llegará mi oportunidad? ¿cuándo podré empezar mi nueva vida y dejar vivir a su aire también a papá y a mamá?




jueves, 5 de agosto de 2010

¿Qué ha pasado?

No encuentro la palabra exacta para definir cómo me siento. Me siento en un precipicio, y no se si saltar o volverme hacia atrás...y no sé como he sido capaz de llegar a estos extremos. Me temo que éste es el resultado de mi lucha en busca de la felicidad, una gran lucha, pero sin final feliz. Estoy en un precipicio, y no me gusta lo que veo. No quería llegar a ésto. Yo sólo quiero sentirme agusto, cómoda, protegida...sin ningún tipo de miedo que me recorra el tiempo a todas horas, ser feliz. Y por eso ahora intento buscar desesperadamente esa felicidad que anhelo, hoy más que nunca.

Es una pena que cuando nacemos no nos den con nosotros un manual para poder encontrarla. Dicen que puede estar en cualquier sitio y en cualquier momento; y yo por mucho que busco y lo intento...no lo consigo. A veces sonrío, me apetece sonreír, otras...no. Sé que tengo a mucha gente que me quiere, mi familia, unos amigos maravillosos...pero nunca es suficiente, nunca consigo ser completamente feliz. Creí serlo hace un tiempo, pero esa sensación se quedó atrapada en el pasado y ya no sé cómo recuperarla. Igual cambié yo, y esa felicidad que echo de menos es ahora diferente pero es. De todas formas, sigo buscándola sin cesar; busco ser feliz, busco darle un sentido a mi vida e intento afrontar la realidad de la mejor manera posible...aunque sea difícil.

No seré feliz, pero optimista siempre.

martes, 20 de julio de 2010

Aunque no te pueda ver...

De tantas cosas que perdí diría que sólo guardo lo que fue, mágico tiempo que nació en Abril... (Alex Ubago)